Título en otros idiomas
- La furie des vampires (Francia)
- Le messe nere della contessa Dracula (Italia)
- The Werewolf Versus the Vampire Woman (EEUU)
- Walpurgis Night (España)
- Nacht der Vampire (Alemania)

Año - País
1971 - España

Detalles
86 min. Color (Technicolor). Sonido mono.

Director
León Klimovsky



Género
Horror.

Actores
Paul Naschy  ... Waldemar Daninsky
Gaby Fuchs  ... Elvira
Barbara Capell  ... Genevieve Bennett
Patty Shepard  ... Wandessa D'Arville de Nadasdy
Andrés Resino  ... Insp. Marcelle
José Marco
Yelena Samarina
Julio Peña  ... Forense
Bernabé Barta Barri... [acred. como Barta Barry]

Resumen
Esta película suele ser señalada como el cénit del género terrorífico español iniciado con LA MARCA DEL HOMBRE LOBO (1968) dirigida por Enrique Eguiluz. En realidad es la quinta en la saga del licántropo Waldemar Daninsky (cuyo primer filme es el anteriormente nombrado) y provocó una verdadera fiebre del público por el llamado "terror español", que nuevamente pobló la pantalla de hombres lobo, vampiros y monstruos de Frankenstein. La trama se inicia con la visita de un médico forense al cementerio donde reposa el cuerpo de Waldemar Daninsky (Paul Naschy), quien ha muerto de un balazo de plata en el corazón. Ellos piensan realizar una autopsia al cadáver para corroborar que esté bien muerto. Pero ni bien retiran la bala, la luna llena y un par de rápidos pases de cámara, hacen que Waldemar se levante, ya cubierto de hirsuto pelo, y degüelle a estas desgraciadas víctimas. En un principio, antes de los títulos de crédito, el espectador puede llegar a tomar en serio la trama. Sin embargo la primera vista del cadáver de Waldemar, lozano y fresco que parecería estar dormido, parece conspirar contra esta actitud. Luego vemos en un plano la "marca del hombre lobo". En tiempos de Lon Chaney Jr., la marca era un pentáculo, es decir una estrella de cinco puntas. Aquí, aparentemente, se ha interpretado esta premisa de manera diferente, y el amplio pecho de Waldemar vemos la marca, que no es otra cosa que un pentágono, no un pentáculo...
  Esto podría ser suficiente como para tener nuestras sospechas si vamos a presenciar un filme serio o una sátira o algo intermedio. La música de los créditos iniciales nos podrían convencer de que la película definitivamente abordará el terreno de la desmesura, tendrá momentos absurdos y llegará al límite de la risa inintencional. Depende de cómo sea tomada la premisa, el disfrutar o no del resto.
  La historia, llena de clichés y de momentos antes visto, parece querer abarcar todos los paradigmas del género. Paul Naschy, también guionista (bajo su nombre real de Jacinto Molina) probablemente se propuso plasmar en un solo guión muchas de sus ideas sobre el cine de terror. Así es como pueden constatarse ítems como los siguientes:
  1) La historia del hombre lobo que busca su autodestrucción.
  2) La trama de una émula del siglo XV de Elizabeth Bathory, llamada Wandesa de de Nadasdy.
  3) El colorido apunte lesbiánico aportado por la hermana de Waldemar y por las dos vampiras.
  4) El peligro latente de la resurrección de un poderoso brujo que podría "dominar el mundo".
  5) La subtrama de amor entre el hombre lobo y la protagonista.
  Naschy se arregló en su guión para incluir gran cantidad de escenas típicas en el cine de terror. No falta la obligada escena de metamorfósis (realmente lograda, teniendo en cuenta los medios), una secuencia de profanación de tumbas, el ataque de las dos vampiresas a la protagonista (con tintes lesbiánicos), el enfrentamiento entre el licántropo y la vampiresa... Naschy toma su rol con meritoria seriedad, y lo demás sigue un sinuoso camino en el que las interpretaciones pétreas, los momentos de relleno, las incongruencias de la trama y la ausencia casi absoluta de un mínimo suspenso, son usuales. León Klimovsky plasmó influencias de la Hammer (el rojo colorido de la sangre) y Naschy la herencia de la Universal (en la historia), además de una suerte de ambivalencia en su personaje de monstruo y héroe (mientras no está cubierto de pelo, Waldemar hace las veces de Van Helsing para dar fin a las fechorías de la vampira Wandesa). En definitiva, a pesar que las comparaciones son odiosas, Naschy puede ser considerado el Lon Chaney Jr. español, sin duda alguna; pero el trabajo de Klimovsky no llega a los pies ni de George Waggner. (Cinefanía Online)

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